domingo, 18 de mayo de 2014

La luna en su punto debil.

Me da vértigo el punto muerto y la marcha atrás. Vivir en los atascos, los frenos automáticos y el olor a gasoil. Me angustia el cruce de miradas, la doble dirección de las palabras y el obsceno guiñar de los semáforos. Me arruinan las prisas y las faltas de estilo. El paso obligatorio, las tardes de domingo y hasta la línea recta. Me enervan los que no tienen dudas y aquellos que se aferran a sus ideales sobre los de cualquiera. Me cansa tanto tráfico y tanto sinsentido.
 Parada frente al mar mientras el mundo gira.

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